Reseña musical: Phish rockea con energía y urgencia en su decimosexto álbum de estudio, 'Evolve'

Puede que nunca haya un título más adecuado para un álbum de Phish que 'Evolve', el decimosexto álbum de estudio de los maestros del jam y el primero en más de cuatro años.

Al igual que este cuarteto que desafía límites ha progresado durante más de cuatro décadas fusionando rock, jazz, bluegrass y otros sonidos libres, 'Evolve' tiene una sensación familiarmente amorfa.

Debido a que la dedicada base de fanáticos de Phish está arraigada en la inmersión experiencial de los espectáculos en vivo, donde ninguna noche es igual, este lanzamiento de álbum real podría considerarse un pensamiento posterior en comparación con otras bandas. Muchas de las 12 pistas de 'Evolve' han estado en rotación en sus shows durante los últimos años. Más de la mitad fueron tocadas en abril durante su estadía de cuatro noches en The Sphere en Las Vegas.

A pesar de todo, 'Evolve' comienza lo suficientemente fuerte como para enganchar tanto a un escéptico de Phish como al fanático que ha estado en dos docenas de shows. El animado opener, 'Hey Stranger', recorre un pegajoso ritmo staccato y una melodía en tono menor hacia un clásico jam de Trey Anastasio, vocalista y guitarrista, y del baterista Jon Fishman; es fácil imaginar que esta canción animaría una presentación con entradas agotadas en el Madison Square Garden.

Anastasio ha dicho en entrevistas recientes que cree que la banda está alcanzando su mejor momento a medida que los miembros entran en sus 60, y este álbum brinda muchas razones para que continúen.

La energía y la urgencia persisten a lo largo de las primeras canciones, desde 'Hey Stranger' hasta el blues de 'Oblivion' y luego hacia la pista titular. Esta última es la oportunidad ideal para que el oyente no iniciado se una a la diversión, con su dulce melodía, ritmo pulsante impulsado por el bajista Mike Gordon, y su belleza lírica.

'Primero llegó la luz, luego llegó el sonido/ Luego vinieron los mundos que nunca podrían frenarse', canta Anastasio. 'Luego vinieron las personas con problemas y esperanzas/ Eso no significa nada, si tan solo conocieran el alcance'.

'A Wave of Hope' es rock al estilo de los años 70 con espacio para Page McConnell para golpear las teclas entre rápidas líneas de guitarra. Después de todo, esa es la época de la música con la que creció la banda en la costa este, ya que el cuarteto se formó en 1983 en la Universidad de Vermont.

El ritmo baja un poco con 'Pillow Jets', una pista que se enreda en un caos cacofónico - el mismo en el que un asistente al espectáculo podría dejarse llevar felizmente, o en el que otro oyente podría perder interés.

'Life Saving Gun' da a los chicos otros cuatro minutos para liberarse y rockear. También cumple con la afinidad de la banda por títulos paradójicos.

'Mercy' es un cierre somnoliento y almibarado, un final anticlimático para el álbum. 'Soy agua/ Bailando en la luz', canta Anastasio. 'Moviendo en la oscuridad con el sol poniente'.

Pero es difícil culpar a esta humilde banda por sentirse sentimental en este punto de una carrera fascinante - marcada con un seguimiento inquebrantable a pesar de la falta de grandes éxitos.

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